El principal motivo que echa atrás a todos los inversores son las grandes trabas burocráticas, y es que se tarda una media de 2 años en conseguir todos los permisos necesarios para poder instalar un parque solar. Pero si alguna empresa toma esta desición y decide llevar a cabo el proyecto, se encuentra con que debe realizar una inversión bastante elevada y la escasa rentabilidad (cercana al 10%) que esta genera. Debido a esto la inversión en parques eólicos es mayor, a causa de su menor inversión y menor coste de producción (el kw cuesta alrededor de 7 céntimos, frente a los 51 de la energía solar), por lo tanto su rentabilidad es claramente mayor. Otro problema es que está energía necesita redes de baja tensión, cuya instalación y mantenimiento corre a cargo de las empresas y no del estado.
La solución está en aportar más subvenciones al sector, y haber aprobado sin cuatro años de retraso la normativa que obliga a las viviendas de nueva construcción instalar paneles solares (de esta manera se desaprovechó la construcción desenfrenada de viviendas de estos años). Al parecer las empresas del sector privado, mención especial a Abengoa, se están decantando por realizar importantes aportaciones al sector de las energías renovables.
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